Se busca un amigo...
Un texto de Vinicius de Moraes
No es necesario que sea hombre, basta que sea
humano,
basta que tenga sentimientos, basta que tenga
corazón.
Se necesita que sepa hablar y callar,
sobre todo que sepa escuchar.
Tiene que gustar de la poesía, de la madrugada,
de los pájaros, del Sol, de la Luna, del canto,
de los vientos y de las canciones de la brisa.
Debe tener amor, un gran amor por alguien,
o sentir entonces, la falta de no tener ese amor.
Debe amar al prójimo y respetar el dolor
que los peregrinos llevan consigo.
Debe guardar el secreto sin sacrificio.
No es necesario que sea de primera mano,
ni es imprescindible que sea de segunda mano.
Puede haber sido engañado,
pues todos los amigos son engañados.
No es necesario que sea puro,
ni que sea totalmente impuro,
pero no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal y miedo de perderlo
y en caso de no ser así, debe sentir
el gran vacío que esto deja.
Tiene que tener resonancias humanas,
su principal objetivo debe ser el del amigo.
Debe sentir pena por las personas tristes
y comprender el inmenso vacío de los solitarios.
Debe gustar de los niños y sentir lástima
por los que no pudieron nacer.
Se busca un amigo para gustar de los mismos gustos,
que se conmueva cuando es tratado de amigo.
Que sepa conversar de cosas simples, de lloviznas
y de grandes lluvias y de los recuerdos de la
infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer,
para contar lo que se vio
de bello y de triste durante el día,
de los anhelos y de las realizaciones,
de los sueños y de la realidad.
Debe gustar de las calles desiertas,
de los charcos de agua y los caminos mojados,
del borde de la calle, del bosque después de la
lluvia,
de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga
que vale la pena vivir, no porque la vida es bella,
sino porque se tiene un Amigo.
Se necesita un Amigo para dejar de llorar.
Para no vivir de cara al pasado,
en busca de memorias perdidas.
Que nos palmee los hombros, sonriendo o llorando,
pero que nos llame Amigo,
para tener la conciencia de que aún se vive